El presidente Felipe Calderón envió al Senado una nueva propuesta de ley antisecuestro, el cual pretende innovar en materia de seguridad pública del país y una de las cosas que más me llamó la atención es la colocación de dispositivos electrónicos y vigilancia a los secuestradores que salgan de la cárcel cuando hayan cumplido su condena. En este sentido, creo que es una buena decisión el tener (hasta cierto punto) localizados a los secuestradores cuando salgan de la cárcel por medio de estos dispositivos, aunque, desde mi punto de vista un secuestrador no tendría porque salir nunca de la cárcel; esta nueva propuesta de ley, pretende incluir a los secuestradores que incurran en diversas actividades delictivas se les otorgue la prisión vitalicia, así como embargo de todas sus propiedades.
Por otro lado se plantea la posibilidad de intervenir en líneas telefónicas cuando una investigación así lo requiriese, justificándose en el Ministerio Público (M.P.), incluso se podría cancelar una línea telefónica. Esto es un importante debate que empieza a intervenir en la política mexicana, como ya lo ha hecho más de una vez en la agenda estadounidense; y es que el definir hasta donde llega el brazo de un poder político cuando la libertad y la privacidad de un ciudadano se ve en jaque. ¿Qué tanto está dispuesta una persona a dejar de lado su privacidad para obtener seguridad?, en un país como México, ¿Qué es más importante? y es que, como bien sabemos, México es un país con altos indices de corrupción, por lo que las dudas en cuanto al manejo y uso que se le de a la información recaudada en dichas intervenciones, es solo obvio pensar en que los chantajes estarán a la orden del día, a pesar de que se intente endurecer la pena a los servidores públicos que infrinjan la ley.
Es difícil saber hasta donde accedería a ceder mi privacidad a cambio de seguridad, sobre todo ahora estando en España, donde se supone que la inseguridad no alcanza los niveles de México (de lo cual tengo mis muy serias dudas), pero sin duda alguna, sé la realidad de mi país, y definitivamente creo que estando en un país tan turbulento, mi seguridad y la de aquellos que me rodean, tiende a ser un poco más importante; aunque mi seguridad nunca la pondría en ninguna de las manos de los gobernantes que hay en México.
En fin, creo que la inseguridad en mi país tiene más de un frente, no solo se trata de secuestros, asaltos ó robos, ahí se incluye la guerra con el narcotráfico, la cual no me termina de convencer la manera en que se está llevando a cabo, y temas tan aparentemente lejanos, como la educación, seguridad vial y obra pública.
Dicen que en 50 años México será potencia mundial, yo dudo seguir vivo en el momento en que México sea una referencia mundial.
Por otro lado se plantea la posibilidad de intervenir en líneas telefónicas cuando una investigación así lo requiriese, justificándose en el Ministerio Público (M.P.), incluso se podría cancelar una línea telefónica. Esto es un importante debate que empieza a intervenir en la política mexicana, como ya lo ha hecho más de una vez en la agenda estadounidense; y es que el definir hasta donde llega el brazo de un poder político cuando la libertad y la privacidad de un ciudadano se ve en jaque. ¿Qué tanto está dispuesta una persona a dejar de lado su privacidad para obtener seguridad?, en un país como México, ¿Qué es más importante? y es que, como bien sabemos, México es un país con altos indices de corrupción, por lo que las dudas en cuanto al manejo y uso que se le de a la información recaudada en dichas intervenciones, es solo obvio pensar en que los chantajes estarán a la orden del día, a pesar de que se intente endurecer la pena a los servidores públicos que infrinjan la ley.
Es difícil saber hasta donde accedería a ceder mi privacidad a cambio de seguridad, sobre todo ahora estando en España, donde se supone que la inseguridad no alcanza los niveles de México (de lo cual tengo mis muy serias dudas), pero sin duda alguna, sé la realidad de mi país, y definitivamente creo que estando en un país tan turbulento, mi seguridad y la de aquellos que me rodean, tiende a ser un poco más importante; aunque mi seguridad nunca la pondría en ninguna de las manos de los gobernantes que hay en México.
En fin, creo que la inseguridad en mi país tiene más de un frente, no solo se trata de secuestros, asaltos ó robos, ahí se incluye la guerra con el narcotráfico, la cual no me termina de convencer la manera en que se está llevando a cabo, y temas tan aparentemente lejanos, como la educación, seguridad vial y obra pública.
Dicen que en 50 años México será potencia mundial, yo dudo seguir vivo en el momento en que México sea una referencia mundial.
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